Este blog pretende mostrar antiguas arquitecturas que ya no están, esquinas porteñas que destacan el ayer y el hoy, personajes poco conocidos de la historia y su breve fama, trágica en algunos casos, edificaciones ocultas e inconclusas, rarezas y cambios en la fisonomía de la ciudad, todo el misterio que encierra Buenos Aires y sus secretos más profundos.
Pasen y vean.

Autor:Fabio Perlin
Contacto:archivoperlin@gmail.com

lunes, 26 de mayo de 2014

Las desaparecidas escalinatas del Hospital Rivadavia


El arquitecto Henrik Aberg proyectó y construyó desde 1880 a 1887 el nuevo Hospital de Mujeres que sería rebautizado con el nombre del creador de la Sociedad de Beneficencia, Don Bernardino Rivadavia. Fueron cinco solitarios pabellones y la capilla por algunos años, luego vendrían las construcciones posteriores diseñadas por otros profesionales. Pero el sentido de esta publicación es comentar aquellas escalinatas de anchas barandas y balaustres que formaban un conjunto maravilloso con la capilla.

 
Al ser un terreno elevado debido a la cercanía del río estas escalinatas bordeaban el ábside de la capilla en dos brazos individuales encontrándose en un descanso donde se descendía por una sola.
También incluía la balaustrada que separaba ambas bajadas y era usado como mirador desde donde podía observarse el paso de las barcazas y la línea divisoria del horizonte.
Fueron demolidas sin razón aparente o quizás por el hecho de que en su parte baja se liberó la zona como estacionamiento y ya molestaban.


Se reemplazaron por una muy mediocre de cemento y ladrillo a la vista que deja mucho que desear y nos hace pensar en que preferimos eliminar parte de nuestra historia englobada en una obra exquisita para construir algo amorfo sin estilo ni criterio. La fecha exacta de su desaparición podemos buscarla quizás alrededor de los comienzos de los '70, cuando uno de esos primitivos pabellones que proyectó el arquitecto Aberg fue demolido para estacionamiento.


Hoy en día ninguno de los pabellones, salvo la capilla que fue restaurada luego de muchos años de abandono, conserva su ornamentación ni sus cúpulas. Una pena la degradación del Hospital Rivadavia que en una época lejana fue considerado el mejor de Sudamérica. 
Hoy no podemos decir lo mismo.

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